11 de noviembre de 2009

La violencia llega al fútbol venezolano


Es así. Lamentablemente, las barras de los equipos venezolanos de fútbol están adoptando los malos ejemplos de los ultras de otros países. Se creen y quieren ser hoolingans y desadaptados como en Brasil y en Argentina.

El pasado fin de semana lo presencié y lo narré todo a través de mi Twitter (@robertorasquin). El Caracas FC se enfrentaba en la UCV contra el Carabobo FC, un equipo que está de penúltimo en la tabla. No obstante, los acompañaron entre 20 y 30 fanáticos (una sorpresa que tuvieran barra, según mi amigo @rufiguerrero). En el segundo tiempo, luego de que el Caracas remontara con dos goles el encuentro, empezaron a pasar frente a mí (estaba sentado en las gradas junto a mis amigos) una manada de hinchas de la barra roja (así se llama la barra del Caracas) que fueron corriendo a atacar, sin aparente razón, a los del Carabobo. El resultado fue una incesante cantidad de disparos de perdigones de los pocos policías metropolitanos que estuvieron en el estadio.

¿Vale la pena? Es absurdo que caigamos en eso. Personalmente responsabilizo al Caracas Fútbol Club y a la Federación Venezolana de Fútbol de la situación. A la directiva del equipo por no poner cotas al asunto, por no controlar a sus barras. ¿Es eso lo que quieren, que vayan al estadio unos pocos psicópatas que más les interesa la violencia, agredir y enfrentar que disfrutar el fútbol? Si es así, la bola se va a correr rápido y van a dejar de asistir personas normales (no los salvajes) a los estadios. El glamour de la gente chévere, de las niñas bonitas que tanto suelen verse en las gradas y tribunas, será sustituido por los virulentos que esperan una razón para golpear a todos los que les lleven la contraria. Incluso, en partidos anteriores, vi a la barra golpear a propios fanáticos del Caracas.

Y la FVF lleva su parte por no impulsar las medidas de seguridad y el ambiente agradable y familiar que deben ofrecer los estadios. Deberían pedir asesoría a José Grasso Vecchio, presidente de la Liga de Béisbol, como convertir a los estadios en espacios de esparcimiento. En cambio, la Federación de fútbol se preocupa más porque no la critiquen y amenazar con parar un partido (el mismo Caracas-Carabobo) porque la barra colocó una pancarta (en la foto) en la que discrepaba de Farías. Apuesto a que por esto sí multarán a los rojos, y no por la violencia de los ultras.

Debemos luchar porque estas situaciones no hagan metástasis. Exactamente: si las dejamos, se expandirán como un cáncer y terminaremos teniendo una situación mortal que lamentaremos.

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